Centro de Psicología Humanista de Málaga

TÉCNICAS DE INTEGRACIÓN CEREBRAL

Se trata de dos nuevos métodos terapéuticos que posibilitan la integración de las diferencias de percepción que existen con frecuencia entre los dos hemisferios cerebrales.
Permiten observar el distinto enfoque de un problema cuando la persona lo contempla con uno u otro hemisferio cerebral por separado. Entre ambos hemisferios hay diferencias notables en creencias, emociones, sensaciones corporales y niveles de perturbación que producen los temas a tratar. Con estos métodos terapéuticos se logra la integración de esta información disímil, que está provocando perturbaciones mentales o emocionales muy rápidamente, a veces en pocos minutos, al integrar la percepción de las mismas en ambos hemisferios. Se desensibilizan así traumas, obsesiones, fobias y creencias negativas.
Esta integración permite una visión mas realista del problema, al converger ambas perspectivas, lográndose corregir todas las distorsiones, así como todas las emociones o miedos irracionales o exagerados. Estos cambios se mantienen en el tiempo, y la patología resuelta no retorna.

TÉCNICA DE “LOS ANTEOJOS” 


Consiste en unos anteojos especialmente diseñados que permiten activar separadamente (y por turno) los hemisferios cerebrales, de modo que el sujeto puede “ver” dos puntos de vista propios y diferentes respecto a un mismo tema.. Si bien nos imaginamos a nosotros mismos con un cerebro, funcionalmente tenemos dos – uno izquierdo y uno derecho. Existen sin duda considerables funciones comunes a ambos hemisferios, pero también existen diferencias considerables.
Para la mayoría uno u otro lado serán dominantes, y a grandes rasgos determinarán como ven y experimentan el mundo. Cuanto más dominante sea un lado sobre el otro, tanto más inclina nuestras percepciones y determina nuestra conducta. Siempre usamos ambos lados de nuestro cerebro, cambiando permanentemente en un ida y vuelta, para obtener los mejores beneficios de ambos hemisferios. Pero en ocasiones nos quedamos “ pegados” a un lado, incapaces de conectarnos con el lado más útil para esa ocasión. En general, esto se debe al estrés. Y es el estrés – o el trauma – que limita nuestra capacidad de tener un acceso inmediato a los recursos que poseemos.
A medida que el tema es observado varias veces en forma alternada y secuencial, con los distintos hemisferios, estos se van integrando en sus percepciones, bajando la intensidad de la perturbación hasta desaparecer y “el problema” deja de serlo. Esto permite desensibilizar cualquier situación que produzca ansiedad o miedo inapropiado.
F. Schiffer MD. comenzó a usar los anteojos dentro de una terapia estructurada psicodinámica. Nosotros ( Solvey y Solvey-2000), desarrollamos el sistema de ir cambiando los anteojos y aplicar un gradiente, crecientemente desensibilizante, durante todo el proceso terapéutico y dentro de un esquema cognitivo, hasta lograr en poco tiempo, como dijimos a veces en pocos minutos, la desensibilización del tema.

TÉCNICA DE “UN OJO POR VEZ”

El método de “ Un Ojo por Vez”, desarrollado en 2000, por los canadienses A. Cook, PhD., y R. Bradshaw, PhD., este consiste en observar el problema a resolver con un ojo por vez. Con esta técnica se activan también, como consecuencia, los hemisferios cerebrales separadamente.
Con esta técnica se obtiene un beneficio extra : se pueden buscar dos cosas: una de ellas el “shock” o incredulidad acerca de lo sucedido, hallazgo habitual en situaciones traumáticas. Su resolución es la única manera de poner en marcha la desensibilización del trauma. A menudo se observa que con uno de los hemisferios la persona “cree” lo que le ha pasado, pero con el otro no. Es decir lo sabe con la corteza cerebral, pero lo niega con el corazón. Su discurso está plagado de “no lo puedo creer!” “es imposible!”.
Mientras esta incredulidad persista, es imposible la elaboración y la integración en la vida del sujeto de la situación vivida.
Conclusión
Con estas técnicas nos adentramos en un terreno hasta ahora desconocido, consistente en un paradigma totalmente novedoso, a través del cual encontramos una manera de modificar la sintomatología psíquica sin hablar prácticamente del tema, por medio de la neurofisiología, abreviando significativamente todo el proceso terapéutico.

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